Pequeñas moralejas sobre el estilo personal

En el último capítulo de Glee, una de las protagonistas pagaba a una de las chicas populares del instituto para que se vistiera con su ropa y la pusiera de moda.
Lo consigue pero al hacerlo, la protagonista sigue sin encajar. Siguen riéndose de su estilo, a pesar de que al final todas visten como ella.

¿Cuál es la moraleja de esta historia? Podríamos sacar bastantes, pero básicamente creo que podemos hablar de dos. Primero el tan manido tema de la personalidad. Sí, en efecto, uno no puede vestirse como le dé la gana. Prendas que en otras personas funcionan bien, en nosotros se ven ridículas. Cuestión de ser autocríticos con nosotros.
Segunda moraleja: no esforzarse. El esforzarse demasiado, la mayoría de las veces, lo único que hace es que algo resulte artificial, forzado.  Laissez-faire, no pienses en ello, y entonces, realmente encontrarás tu estilo. Algunas personas lo encuentran enseguida, otras, bueno, sigue intentándolo.

2 comentarios:

dijo...

Cuánta sabiduría en un solo cuento... te doy toda la razón.
Un saludo,

ERTL and COHN

Fiorella dijo...

Cuando uno ya ha encontrado su estilo, sale a la calle y tiene la extraña sensación de sentirse especial, es algo que no podría describir, no sé si es orgullo o simplemente el sentirse de alguna manera "diferente" al resto... eso es lo que me gusta de la moda, como complemento de nuestra personalidad, en vez de ser ella siendo la que nos absorbe... me encantó este post! Saludos:)